"Excuse à mes lèvres. Ils trouvent satisfaire dans les lieux les plus inattendus"

viernes, 13 de marzo de 2009

Prohibited (1a parte)



El ambiente era relajado, pero a la vez animado. Me encontraba en una de esas fiestas con amigos, amigos de amigos, y demás. Una casa, semi alumbrada, música, y los invitados divididos en grupitos por habitaciones, con cubatas en la mano.

En “la élite” nos encontrábamos Ángel –mi pareja- , yo, Daniel, Inés y su novio – Leo-. Él era el centro de mi atención esa noche, todas las noches. Le veía, y mis ojos reseguían la curva de su cuello, e imaginaban lo que habría debajo de su camiseta. Clavaba la mirada en la suya, esperando a que respondiese a mi desafío visual. Décimas de segundo después giraba la cabeza sintiéndome culpable; él tenía pareja, yo también, no debía pensarle siquiera.
Sin embargo, me miraba y yo me mojaba toda.

Recuerdo que aquella vez había bebido, cómo no. Y por supuesto, me encontraba mal. Bueno, tal vez esa no fuese la definición correcta. Reíamos, bromeábamos. El y yo… nos mirábamos. Ahora sin miedo, sin vergüenza, aunque ahora caigo en que él nunca me había apartado la mirada.

Seguíamos mirándonos. Ahora de forma más seguida, más intensa. Entre nosotros circulaba una corriente eléctrica de tensión sexual, de la que el resto del grupo quedaba excluido.

Habían invadido mi cabeza. Estaba lleno de voces. Había una que me decía que los demás se daban cuenta, que no iban lo suficientemente borrachos. Otra decía que tenía novio. ¿Qué hacía mirando a ese tío mientras me corría antes de habérmelo follado? Ahí estaba la clave del asunto, me susurró la última voz.


Dios, como me ponía! Llevaba meses pensando en ella. Cercándola por los pasillos, anotando mentalmente cada uno de sus pasos…Hoy llevaba un corsé y una minifalda. Medias con liga y liguero, calzado cómodo. Ella era así, le gustaba ir sexy en cualquier ocasión, algo que era de lo más apropiado para mis solitarias fantasías. Y cuando me tiraba a la zorra de Inés, lo mismo. No había nadie más que ella. Estaba por todas partes. Y ahora estaba allí.

No podía aguantar ni un segundo más sin ella. Si no hacía algo iba a estallar. Sus ojos era cuchillos, y –maldita sea!- yo estaba duro. En ese mismo momento, ella se desplomó.


Pensé que era ahora o nunca. Con la poca lucidez que me quedaba fingí un semi-desmayo. Y él, vino en mi ayuda. Cuando sus manos me tocaron, los calambres empezaron a recorrer todo mi cuerpo. Yo ardía.
Oí como si fuese a lo lejos “Voy a llevarla a alguna habitación para que se despeje. Con tanto humo y ruido…”. No llegué a comprender el resto de la frase.

Me llevó en brazos a una habitación, mientras ambos nos esquivábamos visualmente. Entramos, y me dejó sentada en la cama de matrimonio, mientras se sentaba a mi lado.
“Voy a aflojarte el corsé para que puedas respirar mejor, ¿de acuerdo?

6 comentarios:

  1. Me gusta que esté en dos partes, como lo que piensan los dos, se hace intersante. Me gusta que sea prohibido. Y me gusta la excusa de ella.
    (Además ¿Qué novio no haría el trabajo de recogerla? Uno malo que no tiene ni idea, normal que le ponga el otro u.u)

    Besos, Ari.

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  2. Dios dios dios, ¿cómo sigue? x)
    Me gustaaaaaa ! =D

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  3. sigueelo t.t no me dejes asi!!

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  4. todo eso lo escribes tu??

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  5. PD: admirador secreto xDD

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